Vamos hacia una juventud que va. Buscándose a sí misma, construyéndose desde el encuentro y desde sus posibilidades.
Todos, juntos y por separado, son protagonistas de una trayectoria azarosa, un rumbo singular de chicos que se piensan y se actúan con la misma fuerza.
La pasión por los proyectos propios, el contagio con los de los otros: la sola idea de andar y experimentar vida en ese viaje.
Con la inocencia intacta y una sabiduría que se anuncia, estos jóvenes ponen manos a la obra e inventan lo que está por venir.
Proyectos chiquitos y enormes, siempre llenos de lleno.
Vamos hacia ellos, que allí VAN.

El mundo. El futuro. El cambio. Temas que las generaciones jóvenes abordan desde la acción, poniendo el cuerpo y sumando creatividad, para que la ecología y la sustentabilidad dejen de ser formas de teorizar y se conviertan en formas de hacer.
Así, unos chicos se arman su mundo construyendo una casa de barro en Oliveros, cultivando sus propios alimentos y repensando su entorno. Otros, desde Rosario, utilizan sus estudios universitarios para desarrollar ingeniería sustentable.
Hay otros mundos posibles. El germen joven ya se está encargando de demostrarlo.